Una muestra de que Jesucristo era como todos nosotros, la podemos encontrar en el Evangelio según San Lucas 5:16. Allí, se muestra como Jesús necesitaba tomarse un descanso de su ocupada vida, para recargar baterías y pasar tiempo con su Padre Celestial.
En la vida que vivió Cristo, podemos encontrar ejemplos de los cuales podemos aprender y emular. Así que, incluso cuando él era la encarnación de Dios, Jesús no usaba sus superpoderes como el Hijo de Dios cuando se trataba de enfrentar los retos de la vida diaria.

En su lugar, cuando estaba exhausto, agobiado o necesitaba refrescar su espíritu, él se “escapaba” para orar. Conectándose de esa forma al poder, percepción y propósito que solo se puede encontrar en la presencia de Dios.
La oración es una de las armas más poderosas que Dios nos ha dado. No importa en qué siglo estemos, siempre lo más importante para las personas de Dios es estar hincados de rodillas hacia el Señor. Pero saber como orar no siempre es fácil. Los discípulos de Jesús sentían la misma confusión.
Ellos estaban familiarizados con las oraciones de la Torah judía, pero Jesús oraba con una autoridad y poder que nunca se había visto antes ¡Era como si Dios estuviera escuchando! En Mateo 6, los discípulos se acercaron a Jesús pero no le dijeron “Enséñanos otra oración.” Le dijeron, “Señor, enséñanos como orar.”
El Padrenuestro (Mateo 6:9-13) fue la respuesta de Cristo. Es una bellísima plegaria y una que todo Cristiano debería guardar en su corazón. Pero tan elegante como son sus palabras, no creemos que Jesús trataba de convertirla en otra oración ritualista y repetitiva. En su lugar, era su ejemplo de cómo debíamos orar.
Aquí te dejamos algunas claves que nos han ayudado a desarrollar una oración más poderosa. Espero que te animen a hacer que este año, sea un año de oración.
1. Saber a quién le estás hablando
La oración es una conversación con Dios, y toda conversación comienza dirigiéndose a la persona que le estás hablando por su nombre. Jesús comienza con “Nuestro Padre Celestial.” Se enfoca en una persona distinta, el Padre Celestial con quien él tiene una relación personal. Compartimos el mismo derecho de llamar a Dios “Padre.” Pero no olvidemos que Dios es tres personas distintas en una: El Padre, el Hijo y el Espíritu Santo.
Es útil enfocarse en la oración a cada uno de los aspectos de la Santísima Trinidad. A veces necesitarás hablar con Jesús, el amigo que es más cercano que un hermano y el Salvador de nuestra alma. Otras veces, tendrás que alcanzar al Espíritu Santo, que nos llena y nos da poder para hacer las tareas que el Dios Padre nos ha llamado a hacer. Hacer esta diferenciación nos ayuda a formular lo que queremos decir y como lo queremos decir.

2. Agradécele
Un agradecimiento de corazón siempre es una gran forma de iniciar una conversación. Como cualquier padre, Dios ama ver que tenemos corazones agradecidos. Pero más importante, es que el hecho de que nos tomamos el tiempo para alabar a Dios por todo lo que ha hecho en el pasado.
Ya sean oraciones contestadas, situaciones imposibles que hemos superados, sanaciones y prosperidad otorgadas, nuestra fe para creer que aumenta y gana más confianza cada vez que damos las gracias. El agradecimiento abre las puertas del cielo y debería ser siempre parte de nuestro tiempo a solas con Dios.
3. Pide por la voluntad de Dios
El Padrenuestro no es el único lugar donde Jesús hace ejemplo de un corazón obediente que se entrega a la voluntad de Dios sobre sus propios deseos y necesidades. En el Jardín de Getsemaní, a solo horas de sus crucifixión, el rezaría una vez más, “que sea tu voluntad y no la mía, la que se cumpla.”
En un mundo donde el bien y el mal se confunden con demasiada frecuencia y donde el futuro es tan incierto, puede ser difícil saber cómo orar o que pedir cuando llegan momentos de dificultad. Pero una cosa que podemos saber con absoluta certeza es que el plan de Dios para aquellos a quien ama es bueno y que el lugar más seguro en el que se puede estar es en el centro de su divina voluntad.
4. Di lo que necesitas
En los tiempos de Jesús, el pan era algo común, una de las necesidades más básicas de la vida, y él no dudaba en pedírselo a Dios. Pero frecuentemente dudamos en molestar a Dios con pequeñas cosas que necesitamos, pensando que no deberíamos molestarlo con banalidades. Y cuando llegan los grandes problemas, tratamos de hacer de todo para resolver los problemas antes de siquiera pensar en orar.
La Biblia dice, “No tenéis, debido a que no se lo han pedido a Dios.” Así que nunca dudes en pedirle a Dios lo que necesitas. Tu Padre en el cielo gustoso te dará buenos dotes.
5. Pide Perdón
La Biblia nos recuerda que si queremos que nuestras oraciones sean escuchadas, nuestros corazones necesitan estar con Dios y con nuestro prójimo. Si sientes que tus oraciones están rebotando contra el techo, tomate un tiempo para examinar lo que hay en tu corazón.
6. Ora con un amigo.
Hay poder en la compañía cuando oramos en el nombre de Jesús. Cuando tenemos una necesidad urgente de llegar ante el trono de Dios, lo mejor es llamar a un amigo para que ore con nosotros. Si no tienes un compañero de oración, asegúrate que encontrar uno sea tu meta durante este año.
7. Ora con la palabra.
Jesús hizo lo mismo cuando fue tentado por Satanás en el desierto (Ver Lucas 4:1-12). Él era el hijo de Dios, pero el no uso su autoridad divina. En su lugar, uso la autoridad de las sagradas escrituras.
8. Memoriza la palabra.
La clave más importante para una vida de oración vibrante y poderosa es entender la autoridad de Cristo como se es explicada en las escrituras. La única forma de hacer esto es estudiando la Biblia. Incluso unos pocos minutos al día con la palabra de Dios le dará poder y autoridad a nuestras oraciones.

Oraciones poderosas
Si estás listo para que Dios conteste tus oraciones y que lo milagroso aparezca en tu vida, reza estas oraciones:
Libera el poder milagroso de Dios
Padre celestial, abro mi corazón para recibir el amor de tu divinidad. Cuando recibo el amor de Dios desde el bastión universal, todo lo que pesa sobre mí, sana. Me doy cuenta y acepto el poder curativo del Universo como amor, y permito que ese poder que es el amor entre en mi vida. Acepto fácilmente el poder curativo del amor en mi vida y sé que, como amor, Dios es mi fuente ilimitada y abundante que se manifiesta en todo lo que hago. Siento como el amor de Dios se derrama en mi cuerpo y mente. Siento el palpitar del amor de Dios en mi vida, y comprendo que todo estará bien. Amén.
Una Oración para alcanzar el asombroso poder de Dios
Jesús, el conjunto de tus milagros, son una verdadera manifestación de tu divinidad que atrae la admiración de las almas. No permitas que piense que los milagros y las bendiciones no existen. Porque tu eres el ejemplo vivo de tales acciones. Bendíceme con la fe para creer siempre, para afirmar el Poder Supremo de tus milagros, ya sean de naturaleza física o espiritual. Concédeme la capacidad de percibir instantáneamente la fuente de todos los sucesos sobrenaturales. Para entonces caer en mis rodillas y glorificarte. Jesús, ya solo mi existencia es un milagro maravilloso, un regalo divino prueba de tu infinita misericordia. Amén.
Una oración para invocar la fortaleza espiritual divina
Querido Dios, en el nombre de Jesús, te pedimos que traigas a nosotros tu fortaleza. Para que nos ayudes contra las influencias demoníacas y ataques espirituales. Creemos que tienes el poder y la fuerza milagrosa para conquistar al enemigo más oscuro, romper la barrera más fuerte y silenciar al mayor de todos los tramposos. Tu nombre es digno, glorioso y todopoderoso, y través de él, hoy reclamamos la victoria en tu nombre. Envía a tus guerreros más poderosos para que luchen en esta batalla por nosotros. Señor, para ti la oscuridad brilla tan brillante como el día. Ilumina tu luz sobre todos nosotros, libéranos, danos paz y arrebátanos de las garras del enemigo final. Amén.
Dios está listo y dispuesto a responder tus oraciones y brindarte su poder en tu vida. Solo tenemos que estar listos para recibir la bendición que Dios nos está ofreciendo. Puede haber momentos en los que sentimos que Dios no está escuchando nuestras plegarias, pero ese nunca es el caso.
La verdad es que tus oraciones jamás quedan sin respuesta. Si rezamos para que la Voluntad de Dios se haga en nuestras vidas, entonces sabrás que tu oración será respondida. Asegúrate de dar a conocer sus peticiones a Dios y alabarlo siempre por su amor constante.