La oración de la fe, parece ser fácil pero no lo es. Después de todo, solo toma unos minutos al día y básicamente se trata de entablar una conversación con Dios, pero realmente no lo es. Lamentablemente, el trabajo, las responsabilidades, la sociedad, el consumismo, la moda, las costumbres mundanas de la sociedad hacen que nos alejemos del camino de la fe.
La oración es un ministerio en sí misma. Pues requiere de mucha constancia, perseverancia y disciplina, y muchas veces carecemos de esas cualidades. En el afán de querer cosechar riquezas obtener bienes materiales que mejoren la calidad de vida, dejamos de un lado la parte espiritual y esto es un grave error que la mayoría cometemos.

Desde hace ya varios años se ha dicho y se ha escuchado afirmaciones muy emblemáticas como: “la fe mueve montañas”, “si tuvieras fe, como un granito de mostaza.” Pero ¿Qué tan importante es la fe? En este post aprenderemos la importancia en la vida del cristiano de una palabra tan corta, pero necesaria para nuestra vida.
Importancia de la fe en la oración
Una oración que se hace sin fe, es como un pan que si hace sin levadura, pues no fermenta, no crece, nos prospera. Por lo tanto, la fe es como el agua que necesitan las plantas para crecer y nutrir sus raíces. Muchos profetas, reyes y demás siervos de Dios fueron sometidos a grandes pruebas de fe. Dios probó a cada uno de sus fieles, aquellos hombres que estaban destinados a mostrar las maravillas del Creador.
Elías fue un profeta que vivió muy de cerca la importancia de tener fe en la oración, “Un hombre con una naturaleza como la nuestra” es lo que dice Santiago en el Capítulo 5 versículo 17, siendo su misma normalidad humana la que predomina a la vista de los hombres del momento y de la actualidad.
La historia de Elías nos demuestra cómo debemos permanecer firmes en la oración, fieles al pacto que se ha creado con Dios. La oración, como ya se ha mencionado en varias oportunidades, es la piedra angular de la vida del cristiano, nada sería de un creyente que no oré.
Las tormentas de la vida terrenal son tan fuertes que solo la oración es capaz de mantenerte a flote, a salvo. Puedes hacer un pequeño experimento: ora durante 15 días en la mañana, al mediodía y en las noches, verás cómo en esos días sientes una paz que el mundo no es capaz de darte. Haz lo mismo 15 días sin oración y verás como la duda se abalanza sobre ti, como las tentaciones abundan.

Algunos modelos de oraciones de la fe
Cuando no sientas paz, cuando la duda abrace tu corazón, cuando sientas que tu fe tambalea, puedes hacer algunas de las siguientes oraciones:
“Padre Celestial, te pido valor, lucidez, gallardía, fortaleza y sabiduría para afrontar cada una de las dificultades, que se puedan presentar en mi camino, no permitas que mi ánimo decaiga, no dejes que la duda sea la que gobierne mi corazón. Tú eres mi fortaleza y mi roca sobre la arena que quiere hacerme tambalear. Tú, Padre Celestial, eres mi escudo protector ante el acecho de mis enemigos. Dios te pido que nunca quede confundido por los afanes del mundo, hoy pongo en Ti mi fe y esperanza”.
“Señor tu eres mi pastor y en ti pongo mi fe, ayúdame a dar siempre lo mejor de mí ante cualquier situación de la vida, ya que me entregó plenamente a la pureza de tu amor. Señor ayúdame a centrarme en tu Palabra que es aliento de vida, que sostiene al débil e impulsa a superar todo obstáculo y dificultad que se presenta, que mis pasos sean siempre guiados de acuerdo a tu voluntad, que mi fe nunca se quebrante.”
“Querido Dios, te damos las gracias por auxiliarnos durante este año tan difícil. Gracias por guiarnos en medio en las aguas turbulentas de la incertidumbre, por ayudarnos a sortear las flamas del peligro y a través del pesar de todas nuestras pérdidas. Siempre estaremos conscientes de lo mucho que necesitamos, tu gracia, tu fuerza y tu poder, sobre todo en aquellos días repletos de dificultades.
Ayúdanos a mantener nuestra fe en ti, antes que en cualquier otra cosa. Perdónanos por dedicar demasiado tiempo e importancia a otros temas, por consultar a otras personas y no acudir a ti primeramente. Ayúdanos a invocarte tu nombre nuevamente. Gracias por acudir siempre a darnos paz y alegría. Alabado seas por manifestarte siempre para darnos fortaleza.
Ayúdanos a acordarnos de que los dones de Cristo, Emmanuel, son nuestro más grande tesoro. Llénanos de júbilo y regálanos paz de tu Espíritu. Haz que nuestros corazones y mentes se acerquen más a ti. Gracias por recordarnos que, tanto en épocas de celebración como en aquellas tristes temporadas de duelo, siempre estás con nosotros. Porque jamás te apartas de nuestro lado. Gracias por mantener tu divina presencia a diario en nuestras vidas. De tal forma que podemos sentir que tu corazón está abierto para nosotros, que nunca dejas de vernos y que siempre estás atentos a todas nuestras oraciones. Gracias por arroparnos en tu gracia que nos protege de todo mal y nos da la certeza de que estamos bajo tu cuidado.
Elegimos acercarnos a ti hoy y mantenerte primero dentro de nuestro corazón. Sin ti, probablemente fracasaríamos, pero contigo solo existe la esperanza. Te damos las gracias por prestarnos tu poder sanador, gracias por guiarnos a un nuevo amanecer. Esperamos con mucha emoción todo lo que todavía tienes guardado para nosotros. En el nombre de Jesús, Amén.”
Mantén tu casa firme como la roca
El verdadero templo de Cristo es tu templo así que no desmayes, mantén tu mente en alto. Confía, Dios que es tu Padre jamás te abandonará, su amor es tan grande e infinito que supera nuestra imaginación. Dios es un ser de grandes proezas, grandes milagros, sus caminos son misteriosos, sus designios lo son aún más, pero sus elegidos tienen una misión tan grande que Él desde las altura los guiará para que lleven con éxito la misión encomendada.

Las oraciones que sueles realizar son correspondidas en el justo momento que deben ser atendidas, no antes, no después. Ytodo tiene su momento baja la tierra, así que debes asumir con gallardía cada uno de las batallas que tienes que enfrentar.
Nunca escuches al necio, al que sufre de soberbia, pues ellos te alejarán de tu Salvador. Cree firmemente en Dios, en el pacto que hizo con la humanidad a través de su hijo, que murió en la cruz por ti, por mí, por nuestra salvación, que acto más grande de fe, tuvo Dios con la humanidad.
Tu existencia es el resultado del inmenso amor que Dios tiene, pues en la tierra no sucede nada sin que Él lo sepa, sin que Él lo permita. Dios te perfecciona como el hombre pule una piedra preciosa como el diamante, pues eso somos para el Señor una piedra preciosa que pule constantemente hasta que alcance su máximo esplendor.
Nunca dejes de confiar en Dios
Solo Él tiene la última palabra en cada una de las acciones que se emprenden, solo es capaz de darnos la fortaleza de superar las pequeñas dificultades de la vida. Si eres conocedor de las Escrituras, has de saber que ningún profeta, evangelista o seguidor de Jesús e incluso de Dios cuando el mundo apenas comenzó a tomar forma, tuvo una vida sencilla.
Adán y Eva tuvieron que levantar con mucho esfuerzo las primeras generaciones de la humanidad, Moisés tuvo que atravesar por más de 40 años para llevar a su pueblo a la tierra prometida y este solo pudo verla desde lejos. Salomón fue uno de los Reyes más sabios, pero en más de una ocasión fue tentado por la debilidad de la carne y por la humanidad que radica en el hombre.
Todo ser vivo en la tierra lleva consigo la Santidad del Espíritu Santo, el problema es que el pecado hace perder tal santidad, por eso te recomiendo mantente firme en la oración porque el Altísimo que está en los cielos siempre guiará tus pasos siempre y cuando invoques su nombre y vivas según sus leyes.